Nos dividimos en equipos de trabajo, por lo que tendremos que ser tolerantes y respetuosos.
Batimos las claras, repartiendo tareas y aplicando perseverancia.
Con meticulosidad y paciencia, haremos una dulcísima crema de chocolate y yemas.
Y como resultado de saber escuchar y desarrollar la función asignada a nuestro rango, tendremos una exquisita mouse, que emplataremos con cariño para que todo el grupo pueda gozar de un momento de cata y conversación.
También tenemos un tiempo para la teoría, repasando desde de las prácticas de cocina con las correctas pautas de manipulación de alimentos y riesgos laborales, a la preelaboración y elaboración misma de los alimentos, conocer sus familias, las técnicas y usos más comunes.
Pero sobre todo nos manchamos cortando, lavando, y muy especialmente limpiando todo el espacio y los útiles durante y al final de cada sesión, todo regado de risas y cercanía, aprendiendo a convivir trabajando.
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